Todo rostro necesita atención, no basta solo con lavarlo con agua y jabón. El paso del tiempo, los agentes externos como clima seco, frío, vientos o la alimentación, hábitos como el beber o fumar hace que nuestra piel se vaya deteriorando.
Por tal motivo es que regularmente necesitamos diversos tipos de mascarillas. Las hay purificantes e hidratantes. Hay mascarillas de diversos ingredientes. En cuanto a las mascarillas purificantes la más común es la de arcilla por su potente efecto limpiador y con respecto a las hidratantes hay de algas, de frutas, de miel y leche, entre otras muy efectivas también.
Los beneficios de usar mascarillas purificantes son que estas limpian en profundidad la piel mediante eliminar por completo las células muertas y aquellas impurezas que apagan el color de la piel del rostro. Usar mascarillas purificantes la ayudarán a tener la piel completamente limpia, haciéndose que cualquier otro tratamiento cosmético al que quiera someterse luego sea altamente efectivo.
Las mascarillas hidratantes tienen la función de hidratar la piel, es decir combatir la sequedad. Los beneficios son rápidamente visibles: alisan las arrugas y dejan la piel mucho más suave. Lo bueno de las mascarillas hidratantes es que el efecto es altamente perceptible a todos.
Aplicarnos mascarillas en el rostro debería ser un ritual infaltable en nuestros hábitos tan constantes como cepillarnos los dientes o lavarnos las manos. De este modo, conseguiremos disfrutar de una piel sana, saludable y claramente hermosa. Esto no solo contribuirá nuestra salud física sino que nos ayudará a tener una autoestima más elevada, pues nos sentiremos satisfechos con nuestro rostro.